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sábado, 3 de marzo de 2012

Iglesia Santa María la Antigua (Valladolid)

La Antigüa sobre el mapa
Zoom sobre el mapa

HISTORIA Y SITUACIÓN

Se puede considerar como la parroquia con más historia de Valladolid, llegando a encontrarse bajo el actual edificio, restos de unos baños romanos. La primera mención de su existencia, se remonta al año 1088, siendo por lo tanto anterior a la primera colegiata de Santa María la Mayor, motivo por el que se le dio el apelativo de La Antigua. Parece ser que fue dotada en 1095 por el Conde Ansúrez, repoblador de la ciudad, aunque de esa antigua construcción no queda nada, siendo los restos más antiguos del siglo XII o primeros años del siguiente, siendo de estilo románico.
La posterior construcción de las distintas colegiatas que dieron lugar finalmente a la Catedral, hizo que en pocos metros se encuentren los dos principales centros de culto de la ciudad. Situados en una misma plaza, completándose la una a la otra, como pasó durante la construcción de la Catedral, que provocó que los principales ritos litúrgicos de la ciudad se celebraran en La Antigua.
El edificio sufrió múltiples reformas, debido a su carácter de parroquia populosa y por su deficiente cimentación, construido al lado de uno de los ramales del río Esgueva. Hacia 1500, se adosó a su flanco sur una casa rectoral y el ábside lateral del lado del Evangelio fue transformado. En él se alojaba la imagen de Nuestra Señora de la Zarza que, según la leyenda, había sido encontrada durante la construcción de la primitiva iglesia en 1096, oculta en una zarza. Adosada a esta capilla, se disponía la casa de las mujeres emparedadas. En estos momentos, también se realizó un coro alto soportado por una bóveda de crucería estrellada, sobre el tramo de los pies de la nave central. A mediados del siglo XVI, el célebre arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón, debido a la ruina del edificio, replanteó el sistema de contrarrestos del edificio, construyendo nuevos arbotantes y contrafuertes y reformando y abriendo nuevas varias ventanas. También en ese momento, los huecos del último cuerpo de la torre románica fueron reformados para poder colocar campanas mayores en ellos, se dispusieron antepechos en todos sus huecos y el cuerpo bajo de la misma se forró con un grueso muro de piedra de más de dos metros de espesor para aumentar su estabilidad. Así mismo, en el siglo XVI se realizó un estimable retablo mayor, tallado por Juan de Juni entre 1550 y 1562, que enmascaró el interior del ábside de la nave central. Hacia 1706 se añadió la capilla de Nuestra Señora de la Soledad y las Ánimas, junto a la sacristía de la Parroquia, ambas piezas adosadas a los ábsides y realizadas en ladrillo. Varios retablos de estilo barroco fueron asentados en el interior durante los siglos XVII y XVIII, contribuyendo a enmascarar más el espacio gótico, escasamente valorado durante el barroco. En algún momento, los dos grandes rosetones de los cruceros fueron cegados.
Durante el siglo XX se produjo una profunda restauración de la iglesia. En 1897 el edificio fue reconocido como monumento nacional, aunque a la vez estaba en un estado de ruína inminente. Tras obtener los fondos, la restauración comenzó en 1900, comenzando por la torre románica y la galería porticada. En 1908, debido a su mal estado, la iglesia es cerrada al culto, trasladando las liturgias a la cercana iglesia de las Angustias. En 1911, dado el mal estado de las partes góticas, Adolfo Fernández Casanova declaró que sería mejor derribar las naves y el crucero de la iglesia, además de todas las edificaciones adosadas, salvando los ábsides, la torre y la galería porticada románica, y realizar a continuación un edificio nuevo que no desdijera de lo conservado. Se hizo caso de ello y hacia 1917 se procedió a derribar las partes indicadas. El retablo de Juan de Juni se trasladó en 1922 a la Catedral de Valladolid, donde se encuentra en la actualidad. El nuevo templo que se construyó entonces es de estilo neogótico y está totalmente basado en la morfología de la antigua iglesia ojival, armonizando perfectamente con los ábsides del siglo XIV conservados. Se organiza de la misma manera que la iglesia coetánea a los ábsides: tres naves de dos tramos con crucero no marcado en planta y cubierta con bóvedas de crucería sencilla. El nuevo templo también dispone de coro alto, inspirándose y quizás reaprovechando elementos del datado en el siglo XVI, y de arbotantes. En los dos hastiales de los cruceros se introducen sendos rosetones, más pequeños que los originales, sobre los que se disponen unas galerías de arcos ciegos que no existieron antes. Los ábsides también fueron restaurados, sustituyendo numerosos sillares y molduras, cerrando las ventanas que habían sido abiertas a posteriori y abriendo las originales que había tapado el retablo de Juan de Juni. Las obras se terminaron en la década de 1930, aunque hasta 1952 la iglesia no volvió a abrirse al culto.
Posteriormente, a partir de 1961, se comenzaron a realizar planes para dotar al edificio de un entorno urbano que favoreciera a su contemplación. Tras varios intentos fallidos y polémicas, se derribó en la década de 1980 una manzana de casas ruinosas muy próxima a la parte oeste del edificio para aislarlo y mejorar su visión, convirtiendo el terreno que se dejó libre en un pequeño parque.


DESCRIPCIÓN

La torre se considera como uno de los principales símbolos de la ciudad, se encuentra a los pies del edificio y posee planta cuadrada y cuatro pisos. En el cuerpo bajo de la torre se encuentra una estancia que es una capilla bautismal, mientras que en los tres cuerpos restantes se abren una serie de ventanas coronadas con arcos de medio punto.
La iglesia presenta tres naves de dos tramos. Los ábsides muestran ventanas geminadas ojivales separadas verticalmente por potentes contrafuertes coronados por pináculos. Las ventanas muestran derrame interior y exterior con columnillas, teniendo un nivel de ventanas los ábsides laterales y dos el central. Los ábsides se rematan por fuera con una balaustrada calada y con gárgolas, de las cuales varias son originales y muestran influencias burgalesas. En el interior, los ábsides se cubren con bóvedas nervadas, cuyos nervios se apean sobre columnillas con capiteles de tema vegetal o con figuras de animales o personas; los plementos del ábside principal (el central) están calados con rosas. Delante del edificio, se encuentra una cruz de piedra, barroca, que señala el centro del lugar que fue cementerio donde se enterraba a los pobres de la parroquia y los que fallecían en el próximo Hospital de Santa María de Esgueva.
En la actualidad la iglesia está despojada de muchas de las obras de arte que contuvo, y es en la actualidad la sede de la Cofradía Penitencial de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.


FOTOS

La Antigua desde la Catedral
Fachada de La Antigua
La torre de Santa Maria La Antigua
Presbiterio y Altar Mayor

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