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miércoles, 14 de marzo de 2012

San Jerónimo el Real (Madrid)

San Jerónimo el Real en el mapa
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HISTORIA y SITUACIÓN

Conocido popularmente como Los Jerónimos, fue uno de los conventos más importantes de Madrid, regido originariamente por la Orden de San Jerónimo.
La historia de su construcción data de 1463, cuando Enrique IV había ya mandado construir otro monasterio de jerónimos a orillas del río Manzanares. Poco después, en 1470 había dotado a la congregación de prebendas y privilegio para recaudar impuestos, es algo después a finales del siglo XV cuando los Reyes Católicos ordenan la construcción en Madrid de un monasterio de frailes jerónimos que sirviera de aposento a la Familia Real en sus estancias en la villa. Este monasterio de san Jerónimo se realizó en estilo gótico tardío con influencias renacentistas.
En el siglo XVI, Felipe II amplía el llamado Cuarto Real, unos aposentos destinados al alojamiento de los monarcas y que sería germen del futuro Palacio del Buen Retiro que crecería junto a San Jerónimo «el Real». El Cuarto Real estaba junto al lado del Evangelio del presbiterio, de tal suerte que el rey podía escuchar misa desde su dormitorio, costumbre que también es patente en el diseño y distribución del Monasterio de El Escorial. El monasterio y el palacio anexo vivieron su época de mayor esplendor durante el reinado de Felipe IV, que hizo del complejo el centro de la vida cortesana. En el templo tuvo lugar la jura como heredero del malogrado príncipe Baltasar Carlos de Austria.
Durante la invasión napoleónica el monasterio fue gravemente dañado por el ejercito invasor. Como consecuencia de esto y en afán de mantener lo que quedaba Fernando VII convierte el monasterio en cuartel de artillería. Años después, Francisco de Asís, consorte de Isabel II, ordena a Narciso Pascual y Colomer la restauración de la iglesia, fruto de la cual son las torres de su cabecera, que flanquean el ábside.
A principios del siglo XXI, y como consecuencia de la cesión del claustro del monasterio al Museo del Prado, la iglesia fue totalmente restaurada, tanto interior como exteriormente. En el interior, se cambió la disposición del altar mayor, se expusieron pinturas cedidas por el Prado, y durante las tareas de rehabilitación aparecieron pinturas murales del siglo XVI.
Como curiosidad es destacable que en su interior se realizó en enlace matrimonial de Alfonso XIII y Victoria Eugenia en 1906.


CLAUSTRO

En las últimas décadas, la iglesia y el vecino claustro contrastaban por su dispar estado de conservación. La escalinata del templo presentaba un buen aspecto, pero el edificio acusaba el paso del tiempo; peor era la situación del claustro, cuyos muros perimetrales se habían desmoronado parcialmente, dejando al descubierto las columnas del interior. La maleza crecía entre las ruinas, una situación incomprensible para una de las zonas urbanas de Madrid más ilustres y más protegidas por la legislación.
Al barajarse la necesaria ampliación del Museo del Prado, el Ministerio de Cultura desechó varias opciones y eligió como la más factible y menos traumática prolongar los espacios de la pinacoteca hacia los Jerónimos. Se recuperaba el solar del claustro, que quedaba conectado con la sede principal del museo de forma subterránea.
Para la recuperación del claustro, se desmontaron una a una las piedras de sus dos pisos de galerías. Estos bloques fueron numerados y trasladados para su limpieza a las afueras de la ciudad. Paralelamente, el solar del claustro fue excavado y vaciado, quedando conectado subterráneamente con el nuevo atrio o recibidor pensado por Rafael Moneo a espaldas del edificio principal del Prado.
Culminada la obra, el claustro mantiene su patio interior, con sus arcos y columnas originales, y recupera su volumen exterior en forma de cubo, a lo que debe su nombre popular. Se utilizó ladrillo rojo para las fachadas, a fin de que entonaran mejor con los edificios circundantes. Interiormente, el elemento más novedoso es un lucernario que atraviesa el edificio, desde el claustro hasta las plantas subterráneas dedicadas a exposiciones. Han merecido también elogios las puertas de bronce, que conectan el edificio del claustro con la calle Ruiz de Alarcón.

FOTOS

San Jerónimo el Real
San Jerónimo el Real
Vista del la iglesia y el claustro
Interior de la iglesia

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