Páginas

jueves, 6 de junio de 2013

Bienvenido al Mundo

Siempre se ha dicho, y opino igual, que el mundo cada vez es más pequeño, no sólo por los medios de comunicación y las redes, sino por el cambio de mentalidad en la sociedad y en el individuo que ha visto aumentada su necesidad de conocer nuevas culturas, nuevos países, ciudades y personas. 
Las fronteras han ido desapareciendo y con ello ha aumentado la curiosidad y los destinos turísticos.
Este blog no es más que una humilde aportación personal a esos ansiosos y curiosos que cuando tienen dos euros en el bolsillo ya están pensando en ahorrarlos para irse de viaje a cualquier sitio. Es un intento de agrupar en un sólo lugar, la información sobre los principales lugares y zonas dignas de conocer de cada una de las localidades que vayan apareciendo. 






PAÍSES

España
Italia
Francia

jueves, 24 de mayo de 2012

Iglesia de San Bartolomé (Pontevedra)

Iglesia de San Bartolomé en el mapa
Zoom sobre el mapa


HISTORIA y SITUACIÓN


Pegada a una de las actuales sedes del Museo de Pontevedra, el Edificio Sarmiento, la iglesia de San Bartolomé, fue concebida en un principio como un conjunto de iglesia y colegio de jesuítas. 
Las obras de construcción comenzaron durante el siglo XVII. En 1635 los jesuítas llegan a Pontevedra, donde son muy bien acogidos por las familias adineradas de la villa, que ven una gran oportunidad para la formación de sus hijos bajo los auspicios de la orden. Los jesuítas aprovechan este buen recibimiento para establecerse y se favorecen de las grandes y cuantiosas donaciones que estas familias dan a la orden para la construcción de una iglesia y de un colegio al lado, este colegio acabaría siendo el actual Edificio Sarmiento y una de las sedes del Museo. 
Pero dichas donaciones no serían todavía suficientes para cubrir la costosa construcción de ambos edificios, y por eso varios hidalgos caballeros le piden una licencia a don Jorge de Andrade, que era un acaudalado sacerdote pontevedrés, que en aquellas fechas está realizando su labor evangelizadora en las lejanas tierras peruanas. Don Jorge aceptaría dar el generoso donativo para su construcción, que acabaría de recibirse en el año 1644. Pero apesar de tener los fondos, la construcción pasa unos años parada, lo que lleva a que en 1650 se celebre un concejo en el que se trata la necesidad de iniciar las obras de construcción para que no se perdieran dichos fondos. En dicho concejo, se acabaría decidiendo que los terrenos serían intramuros y en la zona este de la ciudad, con lo que la construcción finalmente comenzaría entre los años 1690 a 1693.
Contrafuertes exteriores de la iglesia

El 23 de julio de 1714, con una gran fiesta con fuegos, actuaciones y toros, la iglesia quedaría oficialmente inaugurada. Pero todo se cortaría abrúptamente cuando en el año 1767 se expulsa a la orden de los jesuítas del territorio español. Esto llevará a un abandono y consecuentemente un gran deterioro del edificio. Algo que no cambiaría hasta que en 1793 se cede los terrenos del claustro y del colegio adyacente para la instalación de una fábrica de lana y algodón. En estos años finales del siglo XVIII, se producirán grandes cambios en la estructura de la iglesia, ya que se verán obligados a construir una serie de contrafuertes en una de sus fachadas para evitar su derrumbe. Estos contrafuertes cambiarán totalmente el aspecto exterior de la iglesia. La fábrica resucitará el edificio, pero la Guerra de Independencia, de 1808 a 1814, con la posterior etapa de postguerra, llevará a la fábrica a un estado total de quiebra que llevará a su embargo en el año 1826.
En años posteriores la iglesia seguirá años de esplendor y crisis, a la par que los tendrá la misma ciudad de Pontevedra, y durante los mismos, se consagrará al culto de San Bartolomé, manteniéndolo desde entonces hasta el presente. La donación al Museo de Pontevedra del vecino edificio marcará también la actual estructura de la iglesia, que ve como alguno de sus terrenos incluyendo el claustro forman parte de la zona de exposición del Museo.




CARACTERÍSTICAS

Su fachada está decorada con columnas, repisas y ventanas, y símbolos heráldicos de los Andrade, Arando y Guillarei. Posee un buen claustro y sus dependencias están ocupadas en parte por salas del museo. Posee interesantes retablos donde se dan cita piezas de gran calidad atribuidas a Pedro de Mena, Gregorio Fernández, Pedro de Campo, Bieito Silveira y Gambino, entre otros de la escuela compostelana y castellana.
Destacan las imágenes de la Virgen de la O, patrona de la ciudad, así como la imagen de la Magdalena.
Fachada: De estilo barroco, siguió las pautas que estaban de moda en Roma en aquella
Altar Mayor de la iglesia
 época. La fachada es de dos pisos y tres cuerpos con seis columnas sobre bases. En la parte superior en el centro nos encontramos con un frontal, en el que está representado el escudo de armas de España, timbrado con la corona real. El escudo presenta cuartillas, representándose en el primero y el cuarto unos castillos, y en el segundo y tercero un león de gules y en el escusón las armas de los Borbones con tres flores de lis y rodeando la totalidad del escudo, el toisón de oro. La única puerta de entrada se encuentra en el centro rematada por un frontón partido y sobre el una hornacina con la imagen de la Inmaculada.
Altar Mayor: El Altar mayor, en un retablo barroco del siglo XVIII, está formado por tres cuerpos en tres calles. El primer cuerpo se alza sobre un zócalo con dos pares de mensulones, que sirven de apoyo a las cuatro columnas salomónicas. El segundo cuerpo presenta cuatro columnas diferentes a las del cuerpo anterior y con bastante menos decoración floral. El tercer cuerpo o terminación del retablo, es de forma semicircular para adaptarse a la parte trasera. Preside el Altar Nuestra Señora de la Concepción y del Buen Consejo, talla del siglo XVIII, que daba nombre al templo en tiempos de la Compañía de Jesús. En el lugar más elevado se encuentra San Ignacio de Loyola. el el centro San Bartolomé encima de un artístico expositor, siendo una talla de tez morena, rasgos judíos y barba larga muy trabajada. A sus pies un demonio alado, viste manto rojo y en sus manos presenta la palma del martirio, una espada y un pergamino.



jueves, 17 de mayo de 2012

Museo de Pontevedra (Pontevedra)

Situación de los edificios que forman el museo

HISTORIA y SITUACIÓN

El Museo Provincial de Pontevedra, tiene como finalidad ofrecer muestras de arte de todo tipo y de modo especial, del arte gallego, para el desarrollo artístico y cultural de la provincia. Fue fundado en 1927 y posee para la exposición cinco edificios, con un sexto en construcción que en breve albergará parte de la colección.
Nació para completar la labor llevada a cabo por la Sociedad Arqueológica de Pontevedra, institución creada en 1894, a la que acabará sucediendo después del año 1937 cuando se extinguió por el fallecimiento de su creador Casto Sampedro y Folgar.
El nueve museo recibirá numerosas obras y elementos que a día de hoy forman parte de su colección. Es reseñable igualmente el carácter global con el que el museo nacería, ya que los diez miembros del patronato que lo regirían, desecharían rápidamente la idea de albergar un sólo ámbito artístico en exclusividad, mostrando al público objetos artísticos, arqueológicos e históricos de gran interés para conocer el pasado de la provincia.
En 1928, se adquiriría el edificio Castro Monteagudo, ubicado en el centro de la ciudad. El Museo abrió sus puertas al público el 10 de agosto de 1929, sábado, víspera de la festividad de la Virgen Peregrina, figurando ya entre las obras expuestas en sus salas algunas depositadas por el Museo del Prado. Aunque siempre se tendrá en cuenta principalmente las obras pontevedresas, abriendo el abanico poco a poco a obras de la región gallega.
Rápidamente se fueron adquiriendo obras para la exposición, y con la misma rapidez los responsables del museo, se dieron cuenta que el espacio del Monteagudo no iba a ser suficiente para albergar la amplia y creciente colección, con lo que comenzó la ardua tarea de adquisición del edificio colindante. 
El crecimiento, la expansión física, bien por la incorporación o construcción de nuevas sedes, bien por las adiciones que reciben las ya existentes, será desde esos tiempos iniciales una constante en la vida del Museo. Se explican las necesidades de espacio, ese marcado crecimiento, por el incremento de las colecciones y también de las actividades, con todo lo que éstas implican, del Museo. Hitos, en lo que a las primeras se refiere, fueron, entre otros, la incorporación, ya mencionada, de los excepcionales fondos, claves para conocer el pasado de la ciudad, de la provincia y también de Galicia, reunidos por la Sociedad Arqueológica de Pontevedra, disuelta el 30 de diciembre de 1937 por decisión de quienes la integraban, pasando el Museo a asumir sus derechos y obligaciones.
Inseparables de las ricas y variadas obras que custodia y exhibe el Museo son las muchas actividades que desde su nacimiento viene promoviendo (exposiciones, publicaciones, conferencias, seminarios, congresos, conciertos, concursos, etc.), con frecuencia propiciadas por la posesión de aquellos fondos y también por contar con una biblioteca y unos archivos –documental y gráfico- de gran importancia numérica y cualitativa, base de su reconocida solvencia como centro de investigación, convertido también desde este punto de vista, al igual que sucede con sus colecciones, en un referente en Galicia.




EDIFICIOS

Ruinas de Santo Domingo: Es el edificio más antiguo de todos los que forman parte del museo. Se conserva únicamente la cabecera con cinco ábsides y parte del muro sur de la iglesia y la entrada al capítulo del convento de Santo Domingo.
Las ruinas a finales del s.XIX
Fundado en torno a 1282, aunque las obras del templo que actualmente podemos observar no comenzaron hasta 1383, continuando a lo largo del siglo XV. Como consecuencia de la aplicación de la ley de exclaustración, el convento es cerrado el 8 de diciembre de 1836, siendo entregado a la "Junta de Enajenación de Edificios y Efectos de los Conventos Suprimidos de la Provincia de Pontevedra", y luego cedido, para Casa Asilo, al Ayuntamiento, que lo recibe en mayo de 1840. A pesar de estar ocupado sucesivamente por la cárcel de mujeres, por el hospicio, hasta 1869, en que es trasladado a Santa Clara, por la escuela de párvulos, además de otros puntuales destinos dictados por el Ayuntamiento, se fue deteriorando hasta alcanzar un estado ruinoso, siendo empleados ya en 1846 diversos materiales para el pavimentado de calles. En 1864 es derribada una capilla y entre 1869 y 1870 la parte superior de la torre, ubicada en la esquina suroriental. Salvadas de la demolición, el conjunto es declarado Monumento Nacional por Ley del 14 de agosto de 1895, que estipula que se haga cargo de ellas la Comisión de Monumentos y que por el Ministerio de Fomento se dicten "las oportunas disposiciones para la conservación, decoro y custodia". En 1903, al iniciarse las obras del Instituto, que ocupaban parte de las Ruinas, la Sociedad Arqueológica solicitó unos locales en los bajos del mismo para colocar los fondos de la sección segunda del Museo, que se hallaba en un local de la Diputación Provincial, lo cual le fue concedido en 1905, pero una vez finalizada la construcción únicamente le fue cedida una sala, que sería permutada en 1945 por un pequeño patio, en el que se instalaría la arquería de la Sala Capitular del antiguo convento, entregada por los herederos de Augusto González Besada, y por parte de los sótanos con destino entonces a albergar la colección de epigrafía, instalación concluida en 1947.
Edificio Castro Monteagudo: La primera tarea que acometen los primeros responsables del museo, es la de buscar una adecuada sede. Este edificio acaba siendo el elegido, situado frente a la plaza de la Leña, el edificio dieciochesco, su levantamiento está datado en 1760. Antes de ser adquirido, había tenido muy distintos cometidos, como por ejemplo una serie de locales comerciales en su planta baja y una escuela unitaria en la planta superior.
Las obras de adecuación fueron llevadas a cabo bajo la atenta supervisión de uno de los patronos fundadores del museo, Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, que mediante numerosos dibujos influyó mucho en las obras de restauración. Otra gran remodelación se llevaría a cabo en el antiguo pazo, en su fachada norte, ya que desde que se abrió el edificio García Flórez para el museo en 1943, se vio la necesidad de unir de alguna manera ambos edificios, algo que se realizó con la consiguiente construcción de un puente de unión entre ambos.
Edificio García Flórez
Edificio García Flórez: Hablamos de una casona señorial urbana, con pórtico asoportalado de tres arcos sobre robustas columnas en su fachada frontera, de grandes proporciones, con tres puertas con decoración circundante en el primer piso y dos en el segundo, que dan a sendos balcones que se doblan hacia las fachadas oriental y occidental y que flanquean el grandioso escudo yelmado, que en otro tiempo estaría dorado y policromado, y sendas gárgolas en las esquinas del tejado. En su fachada meridional presentaba una única puerta en la planta baja, en la parte oriental, correspondiéndose los vanos con los de la principal en los dos pisos, con un solo balcón corrido, que únicamente se dobla por occidente, en el superior. La fachada que da a la calle Pasantería nos ofrece una "movida distribución de huecos", que marcan claramente el ritmo de las escaleras en su parte central. El edificio antes de ser adquirido para albergar parte de la colección, era alquilado por el ayuntamiento, siendo su última función, la de albergar la Escuela Normal de Maestras, desde 1881 hasta 1930.
Edificio Fernández López: El solar en el que está ubicado el edificio, fue adquirido en el año 1961. El edificio es de nueva planta, a base de sillería de piedra, con planta baja y dos pisos superiores. Tiene tres puertas de acceso y otros tantos ventanillos que dan a la calle Pasantería. La parte correspondiente a la casa número 8, a pesar de ser integrada en el nuevo edificio, recibe un tratamiento individualizado, por cuanto se mantiene la línea primitiva en la calle Pasantería y la altura de su fachada. 
Edificio Sarmiento: Su construcción fue iniciada en 1685 y finalizada en 1714, siguiendo las pautas del barroco y seguramente según planos trazados en Roma, adaptados a fórmulas tradicionales de la zona. En un principio tenía que ser sede de un colegio de la vecina iglesia de San Bartolomé. El exterior por la calle Sarmiento, presenta una larga fachada con un piso de altura, con portalón en el ángulo más próximo a la iglesia, adintelado, con decoración de placas y pilastras, sobre el que figura el escudo de armas. Mientras en el interior, destaca el claustro de dos plantas, con arcos cegados y ventanas abiertas en ellos. También es destacable el sótano con una fuerte arquería. 
Tras la expulsión de los jesuítas en 1767, el Colegio fue sede de las más diversas empresas, como fábricas de tejidos, almacenes o el primer instituto de Pontevedra. Será en 1978, cuando el Ministerio de Interior dará la autorización para la cesión del inmueble y su utilización para el Museo.




COLECCIÓN

Desde su fundación el Museo ha reunido más de 16000 piezas, entre las que figuran pinturas, esculturas, dibujos, grabados, objetos arqueológicos, monedas, instrumentos musicales, muebles, joyas, etc. 
Prehistoria y antigüedad: Los fondos relacionados con la antigüedad, forman parte sustancial del Museo ya desde su misma constitución; de hecho, buena parte de la culpa de la misma existencia del Museo la tiene la presencia de colecciones previas de objetos arqueológicos. Es el caso, por ejemplo, de los cuatro miliarios romanos recogidos a finales del siglo XVIII, un conjunto que fue ampliado con posterioridad con los diez ejemplares aportados por la Sociedad Arqueológica de Pontevedra durante los años de transición entre el XIX y el XX , y con el descubierto en plena ciudad de Pontevedra en 1988 durante las excavaciones en la cabecera meridional del puente de O Burgo. Estos quince miliarios se integran con entidad propia en una de las tres colecciones arqueológicas emblemáticas del Museo -con las de orfebrería y de metalurgia prehistórica.
Numismática: El origen de la colección numismática se remonta a la creación de la Sociedad Arqueológica en 1894, cuyos fondos iniciales fueron producto de hallazgos y de donaciones de los miembros de la Sociedad. Al fundarse el Museo, la Colección se incrementa con adquisiciones, excavaciones y depósitos y, posteriormente, en 1938, con la integración del numario de la Sociedad Arqueológica. Desde entonces el monetario se ha ido ampliando desde su formación inicial hasta convertirse en la Colección Numismática de referencia en Galicia.
Sepulcro de Suero Gómez de Sotomayor
Edad Media: El Museo posee una valiosa y enorme colección de obras fechadas en la Edad Media. El origen de la colección está en la enorme tarea de recuperación patrimonial llevada a cabo por la Sociedad Arqueológica de PontevedraEl capítulo de la escultura es el que, por el número y categoría de las obras que lo integran, tiene una mayor significación. Las tres grandes etapas que habitualmente se señalan para acometer su examen secuencial –épocas prerrománica, románica y gótica- cuentan con testimonios muy valiosos. De la primera merecen reseña, por un lado, el conjunto de laudas pétreas, monolíticas, pertenecientes al tipo denominado de estola. Merecen destacarse, en segundo lugar, dos tímpanos graníticos. El más antiguo, datable ca. 1150-1160, se ha incorporado por compra en fechas recientes (2005). Procede de la iglesia de San Juan de Palmou. La escultura gótica es, numéricamente considerada, la más sobresaliente del rico fondo de obras de época medieval que custodia el Museo de Pontevedra.
Del Renacimiento al siglo XX: Las colecciones del Museo permiten realizar un completo recorrido por varios periodos históricos. Del siglo XVI al XVIII, encontramos un amplio repertorio de obras escultóricas, pinturas y grabados y estampas. El arte del siglo XIX, está igualmente muy bien representada, una colección que se ha ido enriqueciendo con el paso de los años a través de compras sucesivas y generosas aportaciones, depósitos y donaciones, de organismos oficiales, especialmente la Diputación Provincial de Pontevedra, además de artistas y particulares, destacando el ab intestato de las hermanas Mendoza-Babiano y la colección Fernández López, de donde procede la mayor parte de la pintura española del periodo que nos ocupa. Algo que ocurre igualmente con las obras del siglo XX presentes en la colección.
Bahía y puerto de Vigo (J. Bafire s.XVIII)
Artes decorativas: Las piezas que podemos adscribir a lo que conocemos de manera genérica como artes decorativas forman un importante conjunto dentro del total de las colecciones de nuestro museo, de tal manera que podemos decir que cubren todos sus ámbitos. Distribuídas por las salas de los edificios Sarmiento, García Flórez y Castro Monteagudo, en unos casos contribuyen a la recreación de diferentes ambientes, entre los que podríamos destacar las reproducciones de una cocina tradicional, el salón noble, el camarote de oficiales de la fragata Numancia o el despacho de don Casto Méndez Núñez, mientras en otro son presentadas en salas específicas.
Salas navales: Su creación está íntimamente relacionada con la ampliación de las instalaciones y con el traslado de la Escuela Naval Militar a Marín realizado en el año 1943. A esta institución pertenecen algunos de los fondos expuestos, así como también, y de forma significativa, al Museo Naval de Madrid. La mayoría, sin embargo, estaban en posesión del Museo desde su fundación gracias a las grandes aportaciones de las hermanas Mendoza Babiano (sobrinas nietas de Méndez Núñez), de la Sociedad Arqueológica, del Gremio de Mareantes y a las donaciones de Casto Sampedro y de otras personas que quisieron que Pontevedra recordase su pasado vinculado estrechamente con el mar.




FOTOS
Ruinas de Santo Domingo
Castro de Monteagudo
Interior del Edificio Sarmiento

miércoles, 9 de mayo de 2012

Praza da Ferrería y Praza de Ourense(Pontevedra)

Plazas de Ferrería y Ourense en el mapa
Zoom sobre el mapa


HISTORIA y SITUACIÓN

El conjunto que forman estas dos céntricas plazas pontevedresas, es la más típica postal y centro de la vida social de la ciudad. Se encuentra en el casco antiguo junto a varios monumentos y edificios impresionantes como el convento de San Francisco o la iglesia de la Peregrina. La plaza de la Ferreria es la principal arteria de la ciudad junto con la plaza Ourense que está a continuación y que en principio parece una sola. Es de destacar los soportales, típicos de ciudades antiguas como Santiago de Compostela, en cuyos bajos se encuentran bien cafeterias o locales comerciales.
Fuente de la Herrería frente a San Francisco
Es una plaza con una gran historia y muy antigua y, por si fuera poco, siempre ha sido uno de los lugares más relevantes de la ciudad. Su nombre se debe a que antiguamente había forjas en sus soportales. Aparece citada por primera vez en escritos del año 1325. La plaza ha ido cambiando de nombre con el paso de los años, aunque al principio se la denominaba de Trabancas, porque las primeras casas con soportales que se ubicaron en ella, pertenecían al mayorazgo de Trabancas.
Con el paso de los años, fue albergando a un gran número de gremios, los más importantes de la ciudad. Llegando al punto de que los herreros que trabajaban en ella, llegaron a alcanzar gran relevancia a nivel nacional, ya que desde el reinado de los Reyes Católicos hasta un ya avanzado siglo XIX, la monarquía pedía a sus militares que se armaran con armas y escudos procedentes de las forjas de las herrerías pontevedresas.
Como es lógico esta plaza ha sufrido cambios a lo largo de la historia, uno de ellos es que al principio en el centro de este lugar se encontraba la "fuente de la Ferrería", que es una preciosa fuente del siglo XVI, más concretamente en el año 1537, cuando fue ubicada en el centro de la plaza. Lo bueno es que hoy en día se puede seguir viendo esta fuente ya que sólo ha cambiado su ubicación, en la actualidad se encuentra situada en uno de los laterales.
Desde esta plaza se accede a las principales calles de la ciudad, así que forma una especie de unión de todo el centro de Pontevedra.
En la plaza de la Ferrería siempre hay bastante gente y sobre todo los fines de semana. Además, cuando se celebra cualquier tipo de acontecimiento en la ciudad esta plaza se convierte en un hervidero de gente y cuesta dar un solo paso sin tropezarte con alguien. 




MONUMENTOS


Santuario de la Peregrina: La tradición cuenta que ciertos peregrinos franceses trajeron a la ciudad una imagen de la Virgen ataviada con ropajes parecidos a los suyos. La imagen depositada en la capilla de Nuestra Señora del Camino, empezó a crear una gran veneración en todos los pontevedreses, llegando incluso a crearse la Cofradía de la Divina Peregrina. 
Con el paso del tiempo se empezaron a formar competencias y rencillas entre los creyentes de las dos tallas, la titular de la ermita y la peregrina, lo que acabó influyendo en la expulsión 
Imagen de la Virgen Peregrina
de esta última. Pero una talla tan milagrera y popular no podía permitirse que vagara huérfana y por siempre peregrina, y por eso el municipio y el pueblo contribuyeron con generosidad a levantar el santuario que hoy la cobija, iniciado en 1778 y concluido en 1794.
Declarada monumento histórico-artístico en el año 1982, mezcla un barroco tardío con formas neoclásicas, como su retablo mayor, erigido en 1789. La forma de su planta está inspirada en una concha de vieira, símbolo por antonomasia de los peregrinos, con finalización en cruz. Esta forma circular se asocia a la tipología imperante en los templos portugueses de la época. Esta capilla tiene muchos elementos históricos, pero el que más resalta es una ostra, que está situada en la entrada de la capilla, lo que resalta es su gran tamaño; esta ostra la donó Casto Méndez Núñez, ostra que encontró en uno de sus múltiples viajes por el mar. Otro es el reloj de la torre norte, instalado el año 1896, procedente del Hospital de San juan de Dios que había sido demolido. También se instalaron en la Capilla las campanas del Hospital. 
 Hacia 1795, debido a una tormenta que causa graves daños al templo, se derrumba parte de su torre norte, y no será arreglada hasta 80 años después (1873), momento en el que se instalan también dos pararrayos. No sólo la Capilla ha sufrido cambios. El entorno en el que en un inicio se ubicó la capilla también ha cambiado hasta nuestros días. La ciudad sufrió una importante remodelación urbanística desde mediados del siglo XIX, y el atrio se sustituyó por una gran escalinata.
Desde el camarín la Virgen recibe a los visitantes tocada con vestidos propios de la moda de Luis XV. Madre e hijo son protectores de los peregrinos del denominado camino portugués. Los triunfos de esta Virgen han continuado con el paso de los años, y sus fiestas en agosto acabaron desbancando a las invernales de Nuestra Señora de la O, la antigua patrona.
Plano del año 1930
Iglesia de San Francisco: A finales del siglo XIII se instalaron en la ciudad las ordenes mendicantes, dominicos, franciscanos y clarisas, lo que deja bien claro, la creciente pujanza de Pontevedra en aquella época. Se desconoce la fecha de fundación del convento de San Francisco, se puede situar entre 1214 y 1229. El convento y la iglesia se construyeron en la cota más alta de la villa, en unos terrenos donados por la familia Sotomayor y Montenegro, terrenos en aquella época extramuros, pero que pronto quedarían dentro de su protección por el rápido crecimiento que experimento en aquellos años.
La orden de San Francisco tiene un gran esplendor, por el apoyo de las comunidades eclesiásticas y de varias familias nobles. Los jardines hoy de Casto Sampedro, hasta el año 1859 formaban parte del atrio de San Francisco. La construcción es de estilo ojival-gallego, con reminiscencias románicas. Tiene planta de cruz latina con una nave en el brazo mayor de aproximadamente 54 metros y otra de crucero, tres capillas absidiales poligonales. El crucero es de planta cuadrada, la puerta principal de arquivoltas apuntadas sobre columnas acodilladas a las jambas, dos por lado, y sobre ella se aprecia un gran rosetón que según los historiadores procede del convento de Santo Domingo. La torre y el claustro son del siglo XVIII y sustituyeron a las medievales. Se caracteriza igualmente por los grandes muros carentes todos ellos de cimentación, lo que con el paso del tiempo causaría grandes deterioros.
Por su situación y sus gruesos muros, la iglesia ha sido utilizada como fortaleza en varios episodios de la historia. En 1809 los franceses se refugiaron en él para escapar de la levantisca ciudad, al igual que en 1840 hicieron los habitantes de la villa, cuando fuerzas de Vigo atacaron la ciudad con el fin de llevarse la capitalidad de la provincia. 




FOTOS
Plaza de la Herrería
Plaza de la Herrería
Santuario de la Virgen Peregrina desde la Plaza de la Herrería
Iglesia de San Francisco

Convento de Santa Clara (Pontevedra)

Convento de Santa Clara en el mapa
Zoom sobre el mapa

HISTORIA y SITUACIÓN

El convento se extiende desde las llamadas Casas Malvar hasta casi el Estadio da Xuventude. Los orígenes del convento son confusos pues han desaparecido muchos documentos. La fecha de su fundación es la de 1271 y su primera abadesa se llamó Sor Leonor Rodríguez. Primero se hizo el convento y más tarde la iglesia, que es de estilo ojival con elegantes ventanales.
Santa Clara
En 1730 se hizo el retablo mayor, de estilo churrigueresco, con seis escudos nobiliarios y la escultura yacente de San Vicente bajo el altar. encontramos también un cuadro de la Virgen de los Desamparados, a la que tuvo mucho fervor años atrás el pueblo de Pontevedra y sobre todo los habitantes del barrio de A Moureira
Fueron muchos los papas que concedieron a este convento numerosos privilegios, al igual que los reyes de Castilla y León (se conserva un pergamino de cuero con el privilegio real de 20 hombres para la defensa del convento). No siempre estuvieron las monjas, en el año 1719, las cuarenta que entonces había se tuvieron que ir a Santiago, al colegio de las Huérfanas, huyendo de la invasión inglesa. También durante la Guerra de la Independencia se dispersaron por casas de parientes y amigos durante ocho meses; cuando regresaron, el convento estaba saqueado y parte de él quemado. Esto ocurrió en el año 1807. En diciembre de 1868 se tuvieron que trasladar a Tui y allí permanecieron siete años. En este tiempo el convento estuvo ocupado por los niños del Hospicio, pero el entonces arzobispo de Santiago, Miguel Payá y Rico, negoció con el rey Alfonso XII y consiguió que el convento fuese devuelto a las monjas. El propio arzobispo mandó construir al lado una casa-palacio para vivienda del capellán, el sacristán y la mandadera. 
En 1912 se hicieron reformas y ya no se volvió a arreglar nada hasta el año 1976, en que se remozaron los tejados y los pisos, dejándolo un poco más confortable, dentro de lo que es la pobreza franciscana.


FOTOS
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Portada de estructura románica del Convento

martes, 8 de mayo de 2012

Basílica Santa María la Mayor (Pontevedra)

Basílica Santa María la Mayor en el mapa
Zoom sobre el mapa

HISTORIA y SITUACIÓN

El actual templo parroquial de Santa María ocupa la cima de un montículo, núcleo primitivo de la ciudad de Pontevedra y en el que hubo una pequeña iglesia románica que los cristianos dedicaron a la Madre de Dios, Santa María y que pronto fue erigida en la primera parroquia de Pontevedra. Este gran templo, apodado de los pescadores o de la Granada, se trata sin duda de una de las principales joyas del arte gallego.
Los primeros datos históricos que corroboran la antigüedad de Santa María, los encontramos en la donación hecha por Fernando II de León, que concedía la mitad de las rentas que producía la iglesia de Santa María al monasterio benedictino de Poio. A finales del s. XV o principios del s. XVI se derribó la antiguo iglesia y se inició la construcción de un nuevo templo, acto que reflejaba el poder que alcanzó el gremio de Mareantes, su patrocinador. En la construcción se emplearon 30000 ducados procedentes de la venta de sus cestas de pescado. 
La bóveda inmediata al soberbio arco de triunfo se cerró en el año 1559, como lo atestigua una inscripción grabada en una piedra de dicha bóveda. Según documentos de 1570, en ese año todavía faltaban muchos ducados para dar cima a la obra.
En este templo, se enlazan armónicamente formas góticas, con elementos que provienen del manuelino portugués, con elementos decorativos renacentistas, dentro de un sentido espacial clásico. Lo que hace que esta iglesia sea uno de los ejemplares más bellos del siglo XVI español. 
Grabado de la Basílica
Elevada a Basílica por Juan XXIII, es una bella muestra de iglesia parroquial y una de las obras más perfectas de la arquitectura gallega del renacimiento. Combinando ojival y plateresco, es el primer monumento de Pontevedra y uno de los más bellos ejemplos del gótico isabelino de Galicia. Su fábrica se alza abierta a la ría. Tiene planta basílical con capillas laterales que le dan forma de cruz. La impresión de elevación espiritual se produce en su contemplación y ello se acentúa en su interior, cuando se percibe la unidad y armonía de sus naves, sus columnas, el presbiterio, las capillas y, sobre todo, cuando los que entran se dejan cautivar por su belleza artística y religiosa. Consta de tres naves, en las que se abren capillas laterales con ricas bóvedas de crucería.
En el exterior, alzándose sobre la amplia escalinata (reformada a mediados del pasado siglo), sobresale su gran fachada principal. Ideada como un gran retablo exterior de tres cuerpos (los laterales salientes y entrante el central, entre contrafuertes, con la representación de la Dormición de la Virgen y un rosetón a modo de ostensorio o sagrario en alto). Profusa es la imaginería, con la representación de Apóstoles, evangelistas, patronos de los gremios cristianos y doctores de la iglesia. En lo alto de los contrafuertes, que enmarcan todo el conjunto, se encuentran las imágenes de San Miguel y Teucro-Hércules. El máximo esplendor de Pontevedra coincidió con su mayor relación con el mar, en los siglos XIV, XV y XVI, si bien su importancia comercial se mantuvo hasta mediados del XVIII. Pero las guerras, la peste, las emigraciones, los cambios en el comercio y, sobre todo, los aluviones que cegaron su puerto convirtiendo en fluvial lo que antes era plenamente marítimo, hicieron decaer su importancia comercial y de transporte. 
En la puerta lateral de la derecha, encontramos medallones del Emperador Carlos I y su esposa Isabel de Portugal. Al lado, el Cristo del Buen Viaje, del que se despedían los marinos pontevedreses antes de embarcarse. Su ábside poligonal es la parte más antigua. Del interior, lo más notable es el retablo de la capilla mayor y el púlpito, obras del escultor compostelano Magariños, realizados en 1.909 (s. XX). También son de interés sus retablos laterales, representando a la Trinidad y al Santo Cristo.  




CARACTERÍSTICAS ARTÍSTICAS

Detalle de la fachada
Fachada occidental: Esta preciosa fachada fue efectuada a manera de retablo, cuyo creador fue Cornielis de Holanda, que dejó muestras de su labor en otras ciudades españolas como Ávila o Santiago de Compostela entre otras. La fachada está formada por tres cuerpos muy decorados, siendo la central en la que aparece la entrada principal que es un arco románico. En el flanco derecho de la puerta hay una escultura de San Pedro y a la izquierda otra de San Pablo, e inmediato a éstas hay efigies de Santa Bárbara y Santa Catalina. En los segmentos que deja el arco de la puerta se insertan las cabezas de Carlos I de España, y su hijo Felipe II, durante en cuyos reinados, se da cima a la fábrica del templo.
Encima de la puerta hay un relieve que representa a la dormición de la Santísima Virgen, donde se encuentran también las imágenes de los doce apóstoles pugnando por ver este misterioso episodio. Más arriba hay dos medallones, con fondos de concha de vieiras en que hay dos evangelistas, estando los otros dos más arriba en medallones análogos, pero en marcados en los cuerpos laterales. Los evangelistas están representados con su iconografía más tradicional es decir, con atributos de escritor y en compañía de los animales de la visión de Ezequiel y del Apocalipsis; un Ángel con San Mateo, un buey con San Lucas, un león con San Marcos y un águila con San Juan. Más arriba un rosetón da luz al cuerpo central y se aprovecha para representar el cielo, bordeando dicho rosetón con profusión de ángeles entre los cuales ora a la izquierda el Apóstol Santo Tomás, ante la visión de la llegada de la Santísima Virgen en Asunción a los Cielos, que es coronada, por ángeles, en presencia de la Santísima Trinidad estando Jesucristo a la siniestra de Dios Padre, en lugar de a su derecha, lo que se ha prestado a comentarios diversos, como que es fruto de una equivocación, o que se hizo intencionadamente por el constructor, para hacer notar su incredulidad ante los misterios divinos.
Corona la fachada una evocación del Calvario con imagen del Crucificado, flanqueado por las imágenes de Santa ,María, y San Juan. Una profusa crestería, verdadero encaje elaborado en piedra del más puro estilo "manuelino portugués" remata la cima de la fachada. En la parte baja de los cuerpos laterales de la fachada se encuentran los cuatro doctores de la Iglesia Latina: San Gregorio Papa con su tiara, San Jerónimo con capelo e indumentaria de Cardenal y en el que se adivinan las gafas, trabajo admirable en una talla de granito; y San Ambrosio y San Agustín con sus mitras de Obispos. A media altura de los Cuerpos laterales, hay dos esculturas con hábitos de peregrino, que pudieran recordar a Santiago el Mayor y San Roque. Encima de estas figuras hermanados en cada uno de los cuerpos laterales hay dos esculturas que dicen evocan al Antiguo y Nuevo Testamento, con las figuras de Moisés y San Juan.Más arriba, una en cada cuerpo hay dos cabezas en una de las cuales, hay quien identifica a Cristóbal Colón, cosa no extraña, pues en los arrabales de la Moureira, próximo a la Basílica hubo astilleros, en los que se construyó la carabela Santa María, la nave capitana del descubrimiento de América.
Por último dando cima a los cuerpos laterales está a, la izquierda San Juan el Bautista y en el otro figura, tan dispar, como la pagana de Teucro, el cual según la tradición fundó la ciudad de Pontevedra.
Altar Mayor de la Basílica
Interior: Ante todo destacan las bóvedas de crestería de las naves, ábside y capillas a las que ensamblan perfectamente las columnas que enmarcan las tres naves del templo. Destaca igualmente el retablo del Altar Mayor en maderas de castaño y nogal, obra de finales del s.XIX y principios del s.XX, en este retablo destaca la figura de Nuestra Señora en su Asunción al Cielo, rodeada de Ángeles y Apóstoles y que es recibida por el Padre Eterno representado en la parte más elevada. A derecha e izquierda hay dos bajorrelieves representando la Anunciación por el Ángel y la visita de la Virgen a su prima Santa Isabel.
En el fondo de la nave lateral del Evangelio está el altar de la Santísima Trinidad, en el que se destaca por su perfección la Virgen con el Niño sentada sobre el Arca de Noé, que sirve de Sagrario. En el pilar frontero al púlpito hay una talla de piedra, preciosa imagen policromada de la Virgen y el Niño, que data de los años en que se inició la construcción del templo. Es una pieza excepcional, que conserva la expresión llena de atractivo de la escultura gótica anterior. En el interior de la fachada principal, el muro está decorado con numerosos bajorrelieves hagiográficos, mientras que en otros son satirizados los pecados. El muro está bastante iluminado para que se puedan admirar estos bajorrelieves.
Destaca también en el primer altar entrando por la puerta sur, una inscripción de la familia Colón, algo que dio pie a los rumores y comentarios sobre la tierra de nacimiento del almirante.
El Campillo de Santa María, sirve igualmente como mirador sobre el antes barrio marinero extramuros de A Moureira, al que desciende una escalinata.


FOTOS
Basílica de Santa María la Mayor
Fachada occidental de la Basílica
Crucero frente a la fachada
Dormición de la Santísima Virgen

sábado, 5 de mayo de 2012

Pontevedra

Provincia de Pontevedra
Municipio de Pontevedra

Pontevedra es un municipio español situado en la comunidad autónoma de Galicia. Es la capital de la provincia homónima. La ciudad está enclavada en el margen izquierdo del río Lérez. Al sur tiene una pequeña salida a la ría de Vigo, donde existe una pequeña isla (isla del Castillo) que pertenece a su término municipal.




SÍMBOLOS
Bandera de Pontevedra
Escudo de Pontevedra

La bandera es uno de los símbolos de la ciudad de Pontevedra. Está formada por un diábolo azul, el resto de la bandera es blanca y en el medio lleva el escudo de la ciudad. Sobre el Escudo su descripción técnica es la siguiente, en campo azul, presenta un puente a dos aguas sobre ondas de plata y azul, defendido a la izquierda por la puerta del puente, dos torres adosadas y a la derecha del espectador una torre adosada a la muralla de la antigua villa de Pontevedra. La historia del escudo data de hace más de quinientos años. Los símbolos representan el puente del Burgo sobre el río Lérez. Las dos torres adosadas a la puerta aluden a la “puerta del puente” derribada en el siglo XIX y que formaba parte de la primera defensa de Pontevedra. La “torre del puente” adosada a la muralla recuerda la torre edificada sobre las murallas que servía de defensa así como de puerta de entrada y salida de la poderosa y antigua villa.


HISTORIA

Leyenda griega: Los historiadores románticos quisieron identificar a Pontevedra con el asentamiento céltico de Lámbrica, pero más éxito sin duda ha tenido la versión de la fundación helenística que se forjó durante el Renacimiento y que habla de una leyenda sobre la fundación de la ciudad, que con el paso de los años fue cuajando en el corazón de los habitantes de la villa. Según esta leyenda, Teucro, uno de los héroes de la Guerra de Troya, fue víctima de las iras de su padre, Telamón, después de la muerte de su hermano Ajax. Llevado por ello al destierro, Teucro, habría llegado a tierras gallegas, donde se retiraría definitivamente hasta su muerte. El asentamiento tomaría el nombre de Helenes, en nombre de la mujer que desposó, que no era otra que Helena la hija del rey Putrech, quien ese momento dirigía las tropas griegas hacia la ciudad de Atenas. Aunque no ha pruebas que demuestren que había asentamientos anteriores a la época romana, esta leyenda ha cuajado hasta el punto de ver en la fachada del ayuntamiento el siguiente texto:


FVNDOTE TEVCRO VALIENTE DE AQVESTE RIO EN LA ORILLA PARA QUE EN ESPAÑA FVESES DE VILLAS LA MARAVILLA DEL ZEBEDEO LA ESPADA CORONA TU GENTILEZA VN CASTILLO PVENTE Y MAR ES TIMBRE DE TV NOBLEZA (Te fundó el valiente Teucro en la orilla de este río, para que en España fueses una maravillosa villa, del cebedeo la espada corona de tu gentileza; un castillo, un puente y mar, que es timbre de tu nobleza).


Época romana: Recientes estudios nos presentan pruebas que relacionan la fundación de la ciudad con el asentamiento de Turocqua, mansión de la vía romana XIX, fundada en la orilla sur del río Lérez. Tras la integración de las tierras gallegas en el Imperio Romano, se procedió a construir una serie de canales de comunicación comerciales. Una de ellas, la vía XIX, unía los tres principales focos comerciales de la zona, Bracara Augusta (Braga), Lucus Augusti (Lugo) y Austurica Augusta (Astorga). En la zona de Pontevedra, esta vía cruzaba el río Lérez, donde se estableció el asentamiento en la zona donde está el actual puente del Burgo.
Grabado de Jean Froissart de la muralla de Pontevedra
Baja Edad Media: Otro momento importante de la ciudad es la que corresponde al reinado de Fernando II de Galicia durante la última parte del siglo XII. En esta época se produjo un cierto renacimiento de la actividad cultural y comercial debido a la restauración de carreteras, caminos y puentes. Del siglo XII data un escrito del Monasterio de Lérez, en el que se habla de un lugar llamado Pontus Veteri, en alusión al antiguo puente romano, en desuso a causa de su estado de ruina. Este puente estaba empezando a ser cambiado por otro medieval que vemos hoy en día con algunas modificaciones a lo largo de su historia, acabando así con cualquier vestigio del pasado romano de la ciudad. 
Durante el reinado de Fernando II, el monarca donará el burgo de Pontevedra y la tierra de Cotobade a la iglesia compostelana, en el año 1180, en desagravio por las injurias que unos hombres del rey habían hecho a unos peregrinos. Esto es debido a que precisamente aquí, la romería jacobea tenía una de sus principales etapas en el denominado camino portugués.
Con el paso de los siglos la ciudad seguiría creciendo poco a poco, y ganando gran importancia en la zona gallega de la península. Esto se irá logrando gracias a los privilegios y exenciones que los monarcas le irán otorgando, como por ejemplo el monopolio en el comercio del saín que es el aceite natural del pescado, muy utilizado en la zona del litoral, y sobretodo la adjudicación de un puerto de carga y descarga, que acabaría por hacer despegar la economía de la villa. Las sucesivas ampliaciones del recinto amurallado, están determinados por el crecimiento demográfico y el desarrollo de las actividades económicas del pueblo, uniéndose a estas causas, los deseos monárquicos de controlar dicha actividad, su producción y el tránsito de las mercancías. La ciudad acabará de alcanzar si mayor esplendor bajo el reinado de Enrique IV, que concedió en 1467, el privilegio de albergar una feria franca de treinta días de duración. 
Vista aérea del río Lérez
Finales del siglo XVI y posteriores: Desde el periodo que va desde la Edad Media hasta finales del siglo XVI, Pontevedra se convirtió en uno de los principales puertos de Galicia, llegando a ser su burgo el más populoso. Está demostrado que la nao Santa María fue construida en esta ciudad por el poderoso gremio de Mareantes, de ahí que también se la conozca como "La Gallega", un motivo más para los que defienden que Colón era pontevedrés, aunque fuera de teorías más o menos aceptadas hubo ilustres familias marineras españolas nacidas en la villa, como por ejemplo los Colones y Sarmientos de Gamboa y hasta los Méndez Núñez. La ciudad pasaría a ser una de las más pobladas de la zona, y abriría sus fronteras al comercio exterior, sobretodo la exportación de pescado salado a Portugal, y de sal. De esta época es la construcción de la magnífica basílica de Santa María, que fue financiada por los gremios portuarios. A partir de este siglo la villa entraría en decadencia debido al abandono por parte de la Corona de Castilla primero, de las sucesivas guerras después, como son las que se produjeron contra Portugal y la sucesión a la corona española y por la ocupación inglesa que sucedió en 1719, y especialmente por la pérdida de calado del río Lérez, lo que la llevaría a perder gran parte de las relaciones comerciales que en el antiguo barrio marinero de la Moureira se desarrollaban. Esta decadencia, se iría alargando a lo largo de los siglos, y muy especialmente en los siglos XVII, XVIII y XIX.
Siglo XIX: No sería hasta el siglo XIX cuando, con la creación de las provincias y designación de Pontevedra como capital, la ciudad resurgiera al aparecer nuevas instituciones y servicios que trajeron población y dinero. A principios de siglo la economía estaba fundamentalmente basada en la artesanía y en segundo lugar a una cada vez más decadente pesca. La división administrativa de España en provincias y la designación de la ciudad como capital de la misma, después de una dura y larga pugna con Vigo, no se produciría hasta 1833, convirtiéndose así en una villa que atraería a numerosos burócratas administrativos, artesanos, burgueses y profesionales de todo tipo. Por todo esto surge la necesidad de abrir y buscar nuevos espacios, derribándose para ello la antigua muralla y abriéndose nuevas calles, obras que llevaron a una mejora de las infraestructuras y saneamientos, construyéndose nuevas escuelas y hospitales, y se crearon espacios culturales y se consiguió que llegara a la ciudad el ferrocarril.
Restos arquitectónicos en el centro de la ciudad
Siglo XX hasta la actualidad: En los primeros años del siglo, Pontevedra era un hervidero cultural y social, llegando a crearse en ella, por ejemplo, un embrionario partido político nacionalista gallego en 1931. Con el levantamiento franquista en 1936 se iniciaría la Guerra Civil que llevaría a una dura represión de los nacionalistas e izquierdistas de la ciudad, lo que les llevaría a una gran mayoría al exilio. Casi al mismo tiempo, el comercio había emigrado a la cercana Vigo, con un puerto natural mucho más adecuado para los grandes barcos de mercancías, algo que unido a los años de postguerra, provocaría décadas de grandes penurias económicas en la zona. Pero poco a poco se iría gestando un cambio desde la década de los 60. En estos años comienza un desarrollo sostenido, que culminaría en los años 70, provocando en los primeros años de la transición un importante auge de la construcción, que se convertiría desde entonces en el principal motor económico de la ciudad.Actualmente Pontevedra vive una segunda juventud, viendo como su población aumenta en detrimento de los otros grandes núcleos de Galicia, que ven como sus habitantes se trasladan a los municipios limítrofes. La Pontevedra moderna crece inserta en el eje principal del desarrollo gallego, siendo sin duda su principal motor cultural, con muchos eventos y numerosas publicaciones, como por ejemplo dos periódicos de tirada local, algo no muy común en una ciudad con su número de habitantes.